Levanto mis ojos a los montes, de donde me vendrá el auxilio, el auxilio me viene del Señor que hizo el cielo y la tierra.
Hacia donde me llevará el viento, al norte, al sur, este u oeste… sopla suave y lento; acaricia mi piel poco a poco y mi cuerpo lentamente sin dejar a su paso un rinconcito sin recorrer.
Me sube, me baja, me lleva a la derecha y a la izquierda. Me baña de su rica frescura. Es como una inspiración melodiosa pues sin pedir permiso se acerca a mis oídos y susurra.
Cierro mis ojos para disfrutar de sus caricias, y me imagino flotando sobre una nube de mimos que erizan mi piel y mi pecho.
Repentinamente, me siento mojada, no abro los ojos para no desconcentrar mi emoción. Es extraño pero siento frío es como si se mezclara el viento y el agua.
Abro mis ojos para disfrutar del medio ambiente que forma parte de esa combinación fresca que hace que mi cuerpo flote y entonces es cuando me doy cuenta que me hice PIPI.
jejeje
viernes, junio 10, 2005
Suscribirse a:
Entradas (Atom)