Plan de Contingencia

En estos dìas de agosto, los habitantes de la Republica Dominicana hemos estado muy activos cotejando las medidas de precauciòn que debemos tomar en cuenta para minimizar al màximo los posible daños que pueda causar al país el paso del Huracàn "Dean" por aguas del Mar Caribe.

La revisiòn de los "planes de contingencia" de las empresas e instituciones gubernamentales se han convertido en la prioridad nùmero uno en estos últimos cuatro días. Las visitas a las "weather control" son más frecuentes y la anciedad por los posibles cambios en la trayectoria del fenomeno son mayores cada segundo.

Participando de algunas reuniones, mi mente se ausenta para analizar la cobardía de muchos ciudadanos que no nos atrevemos - y me incluyo- ha elaborar un Plan de Contingencia en nuestras vidas para el inminente paso de la "muerte"; episodio obligatorio en la vida de todos los seres humanos.

Y si nos preparamos, no lo hacemos con el objetivo que el alma descanse en paz, más bien, organizamos todo para los que quedan en vida. Nuestra preocupación gira en torno a las deudas económicas, compromisos, estabilidad de la familia y del entorno... pero ¿donde dejamos el alma?

Cuantas veces en nuestros segundos de vida apartamos un tiempito para cotejar si nuestra lista de acciones diarias, actitudes... decisiones vinculadas a la tranquilidad del alma y gestión de la visa que nos hará participes del reino de los cielos... Dispondremos de algún documento donde verifiquemos si estamos cumpliendo con los compromisos según la trayectoria de los años, segundos, horas y días de nuestras vidas... y me queda la pregunta final ¿ Vamos de la con los mandamientos que Dios nos pide cumplir para ser dignos de Èl?

Cuando se quiere se puede

A manera de reconocimiento quiero comentar de una persona a quien se le debe reconocer su gran fuerza de voluntad.

Por su género debo decir que es un ejemplo para la mujer dominicana -y cualquier persona en el mundo- que por razones personales o históricas no ha podido alcanzar algún sueño, o simplemente no ha tomado la decisión de corregir o cambiar algo en su vida.

Se trata de la señorita: Magdalena Cuevas, a quien debo llamarle suegra, pero que para mi es todo un fenómeno. Como todo ser humano esta llena de virtudes y defectos, siempre joven y señorita, alegre y divertida.

Con oídos para escuchar y una vida llena de experiencias para aconsejar... cosas difíciles con ella se ven fáciles, lo imposible se convierte en ejecutable, lo oscuro en claro, lo vacio en lleno, no tiene pelos en la lengua para decir la verdad, cosas como esas la hacen especial.

Hace un tiempo se convierto en una guía de inspiración para mi, pues con su esfuerzo ha demostrado que cuando se quiere se puede. A sus cincuenta décadas y algo más se alzo con el merecido titulo de Abogado, por encima de las limitaciones económicas y poca credibilidad inicial de quienes le vieron tomar la decisión de estudiar se graduó en la universidad del Caribe.

Antes de esto, dio un giro de 360 grados a su vida, paso de una mujer co-dependiente a una mujer libre... por decisión.

Inspirada en sus nietos, ha conseguido alcanzar metas que según ella no tienen final, detesta la planificación confía en la ejecución.

Ella es un digno ejemplo de que cuando se quiere se puede !!!

NICOLE MARIE (VALENTINA)

Hoy te recuerdo dulcemente. Recuerdo como te vi al nacer, como tus pequeñas manos sostuvieron mi dedo y tu cuerpo desnudo era cubierto por un gigantesco pañal desechable.

Recuerdo cada parte de tu rostro, tus cejas, tu boquita entubada, tus manitas, tus piecitos, todos los cables que tenías conectados, pero sobre todo recuerdo tu fuerza. Como luchaste durante cuatro días por vivir.

Aún después de seis meses trato de analizar la razón de tu partida. Desde aquel miércoles 14 de febrero del 2007 expreso la misma frase todos los días "todo esta escrito, esto tenía que pasar". Reconozco que con estas palabras me cubro para evitar pensar en las posibilidades: que se hizo y cuanto más se pudo haber hecho.

Una morena preciosa es lo que vi partir, una niña completa grande a pesar del poco tiempo, fuerte pese a las pocas libras... la oportunidad de cargarte, de acariciarte en vida no la tuve, sin embargo te hice cuanto pude para que no partieras.

Debo reconocer que no te quería perder, Dios hizo lo correcto para ambas, para todos, tus pocos días me han hecho valorar más la vida, me refugio muchas veces en el día a día para no caer, hoy me fortalece pensar que no estoy sola, aunque Dios y tu saben realmente como me siento.

Nuestro lazo vivirá por siempre, te amo mi chichi.